Bibliografia Fray Diego de Santa Teresa, Historia de la prodigiosísima imagen de Nuestra Señora del Niño Perdido. En Zaragoza : por Francisco Revilla, 1720. Accessible a https://bivaldi.gva.es/es/consulta/registro.cmd?id=7514
Temàtiques Història, documents, religió
Edició (materials i textos de la publicació) Laura Yustas i Nelo Vilar (Etnopèdia)
Data de publicació Divendres 24 de juny de 2022

En 1720, fra Diego de Santa Teresa publica la Historia de la prodigiosísima imagen de Nuestra Señora del Niño Perdido, un crònica entre històrica i fantasiosa de la devoció a esta advocació de la Mare de Déu. Ja teníem notícies d’esta publicació, que ha citat Albert Ventura en diferents ocasions, per exemple a El Municipi. BIM 46, d’octubre de 2001 (pp. 20-21) i a El Municipi. BIM 48, de març 2002 (pp. 22-27). A lesAlqueriespèdia es van reunir estos articles en Albert Ventura Rius (2001): «El Replà», que és un treball de recerca en què l’autor esbrinava qui eren els testimonis que cita Fray Diego.

Però no ens hem pogut resistir a compartir ací l’obra completa del frare agustí (accessible des de fa algun temps en format digital) i transcriure les quatre pàgines que dedica a la devoció de la Mare de Déu del Niño Perdido en les Alqueries (pàgines 131 a 134).

Part del treball de Fray Diego va ser fer-se ressò dels miracles realitzats per la Mare de Déu, de les curacions, encanteris i meravelles confirmades per testimonis, declarades amb jurament davant de notaris eclesiàstics. En el cas de les Alqueries, es referix el miracle de la salvació de Miquel Usó, a qui li va caure damunt una soca d’olivera de més de 70 arrobes (uns 800 quilos) i, en encomanar-se a la Mare de Déu, ell i el seu cunyat, Joan Flos, este va poder alçar la soca i el primer eixir sense cap perjudici. El segon prodigi, relatat pels mateixos testimonis, era el de l’oli del cresol de l’oratori dels frares de Caudiel, que feia la llum molt clara davant de malalts lleus però que, en presència de malalties mortals, es mostrava esmorteïda i l’oli adquiria una tonalitat sangonosa.

Sense entrar a jutjar la versemblança d’estes històries, recordem que, com demostra l’historiador Albert Toldrà, la societat valenciana dels segles XVII i XVIII coneix un enorme desenvolupament de la mística, la qual cosa afavoria la superstició i els fraus, i que era normal que la Inquisició resseguira discretament les presumptes meravelles i als seus protagonistes (vore, per exemple, el seu Il·luses, santes, falsàries. Bullent, 2018).

A continuació podeu llegir el text de Fray Diego fent el relat dels prodigis al voltant de la casa i l’oratori dels frares de Caudiel.

S. VI.

COLOCASE LA SANTA IMAGEN DEL NIÑO PERDIDO
en nuestra Alqueria de Villareal, y resplandece en maravillas.

Diximos yà en el S. 5. de el a. cap. de esta I. parte como el Noble, y piadoso Cavallero Don Pedro Miralles nos hizo donacion de sus haziendas de Villareal à 9 de Abril de 1619. En ellas, pues, tenemos una Alqueria, sita en el Termino, que llaman de Bonretorn, donde vive los Administradores de dichas heredades, y posan los Religiosos quando vàn à cuydar del cultivo de sus campos. Aqui se dispuso en el puesto mas decente un Oratorio, donde se celebra el incruento Sacrificio todos los dias Festivos con sumo consuelo, assi de los que hagitan, como de otros muchos Terratenientes, que viven en algunas casas de aquella circunferencia.

Llegò à ser Retor de nuestro Colegio de Jesus de Nazareno el Padre Fr. Sebastian de la Virgen del Camino, singular devoto de esta Soberana Imagen, y de quien avia recebido muy apreciables favores, como yà consta, y constarà por diversas partes de esta Historia. Fue à Villareal à visitar las haziendas, y encaminandose al Oratorio para dezir Missa, le pareciò, que en aquel Altar seria bien colocar à la Gran Reyna de Perdidos, dexandola por Patrona de aquel Oratorio, como yà en Caudiel lo era del Colegio. Mandò luego hazer un Quadro de Nuestra Señora; pusolo en dicho Altar con gran decencia, y exhortò à todos, mas que con sus palabras, con su exemplo, à que la tratassen con grande veneracion, y mucho culto. Assi se portavan aquellos piadosos Labradores, que juntos con los de otras Alquerieas, solian rezarle su Rosario, y obravan algunos piadosos exercicios en su absequio.

Desde el mismo año de su colocacion, que fue el de 1683, comenzò esta Sagrada Efigie à resplandecer en continuadas maravillas, como es voz, y fama publica en toda aquella comarca: pero como en punto de Milagros debemos proceder con mucho tiēto, qudando al juizioso examen de la Iglesia la calificacion de estas Historias, solo dirè lo que tengo por verdad segura, por averme declarado mediante juramento, por constarme por instrumento público ante un Notario Apostolico, con sus testigos, y todas las solemnidades de derecho. Son los declarantes Miguel Usò, y Juan Flor, Labradores: los testigos el Doctor Antonio Sanchis, Presbytero, y Vicente Marco, Labrador. El que hizo el Auto Joseph Sans, Notario Apostolico, à 23 de Junio de este presente año de 1720. Es todo como se sigue.

Habitava en nuestra Alqueria de Villareal Miguel Usò, como Administrador de aquella hazienda, y à 17 de Enero de 1713, se puso à cortar un grande Olivo, para el trujal de azeyte que tiene dicha Casa, el qual tronco, y ramas pesaria mas de 70 arrobas. Teniale yà por todas partes descarnado, y al tiempo de querer echarle à tierra, à los primeros golpes de la segur cayò de improviso sobre èl, sin quedarle tiempo para poder apartarse del peligro. Viendose tan arriesgado, invocò al verlo caer à la Sancratissima Virgen del Niño Perdido: pero le cogiò el golpe tan de lleno, que con su violencia, no solo le derribò a tierra, sino que su rostro lo dexò casi sepultado. A todo estava presente Juan Flos su cuñado, el qual viendo tan fatal desgracia, llamò tambien en su amparo à esta Celestial Princesa. Corriò para èl, teniendole yà por muerto, y llamandole, notò, que le respondia, aunque con una voz muy atenuada, y confusa. Restavale la mayor dificultad en quitar sobre su rostro aquel enorme peso, q naturalmēte avia de abrumarlo: pues aun despojado de sus brazos, y ramas, aquel tronco apenas podian arrastrarlo dos esforzados Novillos.

Aqui es cuando viendo Juan Flos, q le faltava para esta empressa el aliento, bolviò à invocar de lo intimo de su corazon à la piadosda Madre de Perdidos; y lleno de viva fè, y de una firme confianza en el auxilio de esta Gran Señora, abrazandose con el arbol, lo apartò con tanta facilidad, como quien mueve una pluma. Levātòse luego Miguel Usò con el rostro lleno de tierra, y reconociendole todo el cuerpo, ni le hallaron quebranto, ni lesion alguna. Vno, y otro admiraron el sucesso como especialissimo prodigio este, por no aver experimentado daño viniendo violetamēte sobre èl volumen de tanto peso: y aquel, por aver movido con tanta facilidad un arbol que no solo excedia su brio, sino el de muchos hombres esforzados. Es Maria mystica alectoria para sus Devotos, que en los mas peligrosos combates los haze insuperables, y dà esfuerzos.

Declararon assimismo, baxo juramento, ante el Notario Apostolico, y testigos yà nōbrados, los antedichos Miguel Vsò, y Juan Flos, que oy se experimenta, y se ha experimentado muchas vezes, que en llevando azeyte à la lampara de su Oratorio quando ay algun enfermo de peligro; si su dolencia no es mortal, encendiendo dicha lampara haze una luz muy clara, y permanente; pero si ha de morir, aunque le infundā el azeyte mas claro, y mejor de todo el Termino, se manifiesta su luz remisa, tibia, y amortecida, y el color del azeyte se pone como sanguinolento. Assi se tiene advertido en diferentes lances, y ocasiones, y en diversas personas, que han estado enfermas, y sanaron de sus accidentes, y otras que murieron; como son Miguel Beral, Maria Marco, Cecilia Ferrer, y otros muchos. Embiavan azeyte al verse acometidos de sus dolencias, y al passo que se gravava el enfermo, el azeyte, y la luz iban siguiendo su curso. Desfallecia el doliente, y la luz comenzava à deslustrarse, y el azeyte à enrogecerse: padecia parasismos, y en la llama se conocia desmayors, y en ele azeyte un color mas encendido. Moria alguno, y en aquel mismo punto quedava el esplendor apagado, y el pabulo de su luz sanguinolento.

Todo esto deponen como testigos oculares, y añaden, que lo han experimentado muchas vezes; y dizen es publico, y notorio en todo el Termino de Villareal, y con especialidad en todos los terratenientes de la Partida de Bonreton, donde està nuestra Alqueria. En confirmacion de tan singular prodigio, dizen baxo el mismo juramento, que la muger de Baptista revertet (no expressa el Auto su nombre) estando enferma, aviendo recebido todos los Santos Sacramentos, y quedando desauciada de los Medicos, q la davan sin remedio alguno humano, menos q no fuesse sobrenatural, embiò azeyte para la lampara de dicho Oratorio. Los interessados de esta muger preguntaron à Miguel Vsó, si avia notado, ò en el azeyte, ò en la luz algun señal? Respondiòles, que lo avia advertido con desvelo; pero que la luz estava resplandeciente, y el color del azeyte sin mudarse: y que assi esperava en N. Señora, que no moriria de aquella enfermedad.

Llegò esta muger à los ultimos alientos, padeciò los postreros parasismos, y agonias; pero en el termino de unos ocho dias logró milagrosamēte la salud. Este lāce sucediò año 1713 y añaden, que otros prodigios como este ha sucedido en diferentes personas, y que todo es publico, y notorio, particularmente entre los habitadores del Termino de Bonretorn. Dios sea bendito, que las maravillas del tiēpo la ley escrita nos las repite en este de la Ley de Gracia; allà con los diversos colores del racional manifestava los prosperos, ò desgraciados sucessos de su Pueblo, y aqui co los señales de una antorcha nos prenuncia la salud, ò el termino de la vida. No se reciban en vano estos avisos: pues ceden en nuestro espiritual provecho.

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